Me encontré este cartel por mi barrio, “cerrado es la graduación de mi hija”algo que nunca me he planteado que es cerrar mi papelería por un evento de mis hijos. Ahora que se gradúan cada tres años o cada curso.

Mi percepción ante cierres de fiesta o momentos aleatorios es que …. Si he desviado las llamadas recibir 100 llamadas aunque hayan visto el cartel, al día siguiente cada cliente que entra te contará que le hiciste la faena del siglo al no abrir ese día.
Pero mi duda es cuantos ya nunca más volverán, porque encontraron ese día un establecimiento mejor que el tuyo, más agradable con un mejor horario.
Creo que serán los amigos fuera del negocio los que si te preguntaran por el motivo del cierre, el resto ni un minuto de comprensión.
Siempre me pregunto en qué trabajarán esos clientes destrozados por mi cierre. Cuantos de ellos tienen una jornada de 7 horas y pueden ir en cualquier momento a mi tienda, pero es mejor protestar, que cambiar el plan.
Ver esa sonrisa, e ilusión de tus hijos no tiene precio … para un mundano no, para un tendero como yo seguro que te cuesta una tarde sin facturación y quien te dice si el cliente de tu vida.
Triste pero cuando oigo hablar del pequeño comercio y su defensa no veo a nadie defender trasladar las “fiestas a lunes”, …un no pasa nada por cerrar mañana también puedo venir a la tienda… un que tal te fue la graduación de tu hija… la tiranía NECESITO ALGO Y LO QUIERO AHORA! sin importarme el precio ni a quien implique…
Luego dicen que me enfado cuando llego a un mostrador de una administración pública y no me atienden o se van en tropel todos a tomar café, o vas al banco y ves un cartel abierto 3 horas por semana de fiestas… estoy de acuerdo con todos esos excesos pero lo que reivindico es que si es bueno para todo el mundo porque no es bueno para la tienda de la esquina!
Que diferente seria si eres tú el que me que te tienes que “jorobar” y dejar a mis hijos sin mi padre o pareja apoyándome … que decir no sé si me lo perdonaran algún dia Ainhoa, Jara o Martín …